martes, 15 de octubre de 2013

EL JOROBADO HUMILDE

Érase una vez un hombre al cual si existe Dios no le había dejado bien parado, pues su joroba sobresalía por encima del hombro.
El hombre caminaba todas las noches por una vereda que había sobre un lago. El siempre a escondidas pues en su interior siempre estaba acomplejado, no se veía bien entre el resto de la sociedad.
No servia para el trabajo y sus ideas le impedían mendigar osea que se dedicaba a pequeños robos y hurtos como quieras llamarlo.
Su mente no era la de un sabio pero tampoco era la de un ser inútil, vivía entre tablas de madera, pues era muy hábil haciendo muebles y armarios, entre esto y otras cosas más.
Su casa era humilde pero limpia y muy bien decorada, tenía mucha habilidad en colocar las cosas en su sitio pues tenia buen gusto. Por las noches paseaba por la vereda del lago pues era muy romántico, siempre estaba soñando. Soñaba con una humilde muchacha que le quisiera tal como era, sin perjuicios ni nada parecido, osea un amor que a su edad, pues tenia cuarenta y tres años, no se encontraba entre los más jóvenes ni entre los más viejos, pero con una mente sana, siempre esperando un amor que no encontraba.
Hasta que un día paseando por la vereda del lago se encontró con una joven que tenia la ropa llena de harapos, parecía pobre pero limpia, y entablaron una conversación, así se tiraron varias horas, contándose sus penas y desdichas, los dos se encontraban a gusto y quedaron para otro día, y así sucesivamente, hasta que decidieron vivir juntos, y hubo una unión que nadie pudo separarles.

No hablo para pensar, si no pienso para hablar


Autor. José Miguel Lameiro                          5-10-2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales