miércoles, 26 de abril de 2017

EL ERMITAÑO


               Esta es la historia de un joven de 25 años, que con su saber, dominaba bien los estudios, pero vivía en una sociedad hipócrita. Cuando veía la televisión, se desesperaba al ver como estaba prohibido los anuncios del tabaco y del alcohol, pero no estaba prohibido los anuncios de las casas de juego, que produce más adictos al juego osea ludópatas.
Este joven se cogió un día una mochila y con una manta con bastante cerillas y se encamino a vivir en la naturaleza, encontró una cueva en la cual encendió una hoguera y la mantenía todos los días encendida y todas las noches. Comía frutos y raíces del bosque, pues el ya había leído un libro de supervivencia.
De noche miraba las estrellas y la Luna, sentía el silencio solo roto por el canto del búho, veía con gran atracción la Luna, con sus cambios de Luna llena hasta la Luna nueva.
Hacia la vida más amena con sus trampas para cazar animales, los cuales los asaba y saboreaba. El en su silencio vivía el día a día, como un ser libre sin ataduras, no echaba en falta lo que se llama la civilización. El silencio para el era como meditar, siempre con la cabeza sobre los hombros.
Pasaron 30 años en el bosque y decidió ir un día a la ciudad en la cual había vivido. Se encontró con una ciudad violenta y corrupta, malherida por el paso del tiempo, todo era surrealista no creía lo que veía. Se encontró tan solo, que decidió volver al bosque, en el cual se encontraba libre y feliz, hasta que pasaron los años y dejo que el espíritu de su cuerpo abandonase su ser, oyendo el susurro de los cantos de los animales de los cuales había aprendido a vivir con ellos, no se fue echado en falta por nadie, pero el había sido feliz sin la avaricia y el orgullo de no tener nada y tener de todo.

Cuando estás en silencio sientes el silbido del viento, y el bienestar  de oír caer las gotas de la lluvia.



                                                                      J. M. Lameiro   

martes, 11 de abril de 2017

MENTE SANA

Esta es la historia de un personaje que le diagnosticó una enfermedad mental. Este  individuo tomaba drogas y siempre desentonaba entre los demás.
El diagnóstico era esquizofrenia paranoide que quiere decir mente partida o dividida. El  personaje en si se retraía, se escondía en casa pues no quería salir y dialogar con los  demás seres humanos. Cuando salía de casa andaba con miedo y iba solitariamente  paseando por  el  parque, hasta que una vez un hombre que le conocía, se paro a  dialogar con el. La persona estaba  asustadiza y se ponía nerviosa, y el hombre que le  conocía no quiso entrar en su vida privada.
Que sentiría este personaje, pues muchos se callan, entrar en su mundo es difícil,  solo  suelen hablar con el especialista (PSIKIATRA). Muchos se creen perseguidos por  los demás, pues cualquier murmullo piensa que están hablando de él.
Cuando lleva un tiempo en el especialista, suele  estar medicado y era cuando se sentía    más libre, más abierto,  hablaba con otros enfermos y cambiaba impresiones.
Conociendo un poco de los demás, era más activo y más creativo, no se conformaba   con ser el último en aprender. Asistía  a charlas que daban los especialistas,  pues se  sentía  útil en la sociedad. Le estimulaba  mucho el escuchar y el hablar. Cuando se  pone a trabajar es  más vivaz y con más ganas de aprender, pues ponía mucha atención,  sabe cumplir con su cometido.    
El  personaje se dedicaba a la jardinería,  pues casi todos los enfermos trabajan en ello,  no podía trabajar con maquinas pesadas pues su medicación no lo permitía, trabajaba la  jornada completa, igual que cualquier trabajador. Cuando llegaba el fin de semana le  gustaba mucho ir al monte, así se despejaba la mente y no consumía drogas, pero  siempre tenía miedo a una recaída. 
Hasta que un día decidió dedicarse a la fotografía, pues le gustaba mucho los paisajes  que contemplaba desde las cumbres de las montañas. La fotografía era otro aliciente  más,  revelaba el las fotografías, pues tenía una ampliadora fotográfica y un cuarto  oscuro en su casa. Sacaba paisajes de campos florecientes, la caída del agua de los  manantiales y montes cuyas cumbres sobresalían sobre las demás. Luego las exponía  en concursos, donde ganaba algún premio.
 La persona en si estaba realizada, con mucho orgullo de haber superado todos los  golpes que la vida le había dado, por haber salido de la oscuridad y llegar a un mundo  más claro. 



                                       

                                                                    J. M. Lameiro

miércoles, 5 de abril de 2017


EL DESTINO

 

      Esta es la historia de dos personas con enfermedad mental. Los dos tenían trastorno bipolar, un día asistiendo a las charlas que daba el (PSIKIATRA) sobre enfermedad y drogas, intercambiaron impresiones y aquí surgió una gran amistad, los dos tenían el mismo problema.
Quedaron para salir juntos, pues con la medicación podían llevar una vida sana si no consumían drogas, paseaban al aire libre pues no les gustaban los sitios cerrados ni tampoco la noche pues había demasiadas tentaciones. Los dos si veían que si uno de los dos estaba deprimido enseguida acudían a ayudarle pues sabían lo que era la depresión.
A los dos les gustaba el futbol y eran del mismo equipo del pueblo, tenían los mismos gustos, les gustaba el cine, el ir a cenar por la noche a algún sitio asequible pues eran de clase media y no podían darse demasiados lujos salir de la rutina diaria. Hasta que decidieron irse a vivir juntos pues ya se conocían bastante y no tenían perjuicios,¿OH ¿ el amor, sentimientos que salen a relucir, los dos llevaban bien la medicación y no consumían drogas, estaban hechos el uno para el otro, llevaban una vida sana como una pareja normal. Siguieron yendo al (PSIKIATRA)  para oír las charlas que daba, a los dos les beneficiaba, luego se cogieron de la mano pues estaban muy enamorados, y salieron a dar un paseo por el barrio pues todos les conocían.
Siempre cuidándose de tomar la medicación pues no querían recaer y ingresar en un (PSIKIATRICO). Pues la depresión podía hacer mella con cualquiera  de ellos pues era el mayor miedo que tenían. Pasaron los años y cada vez iban menos al (PSIKIATRA) les veía también que no hacía falta ir tan pronto hasta que el (PSIKIATRA) decidió que fuesen cuando se encontrasen mal, cosa que lo sucedió y así pasaron los años y los años y vivieron una vida sana como cualquier ser humano. La enfermedad no se cura pero la medicación te ayuda a suprimir nuevos retos.  

 

 

               J.M. Lameiro

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