Este hombre que
murió hace no demasiado a los noventaicinco años
en Francia fue
uno de los
ideólogos del movimiento de
los indignados. Este
hombre, diplomático, escritor, y testigo de la resistencia y los campos
de concentración nazis. Que nació
en Alemania y
luego se fue
a vivir a
Francia huyendo del
nazismo. Que colaboró
con la resistencia francesa.
Que fue cogido
por los nazis
y estuvo en
dos campos de
concentración. Y que
se escapó del
segundo campo, que
era el peor,
teniendo el tifus
o una enfermedad
parecida… es un
hombre muy loable.
A pesar de
ser mayor, estaba
al tanto de
la realidad social
y la entendía
bien. Estaba al tanto
de como es
la vida de
los jóvenes actualmente y
de los problemas
que los acucian. Y
con la sabiduría
que le da
la edad y
las numerosas vivencias
que ha tenido
y todo lo
que ha visto
y vivido durante
los distintos regímenes
políticos que han
pasado por Europa
en este siglo
XX, le da una gran
perspectiva y una
gran ciencia sobre
todo lo que
pasa en este
tema. Porque no
solo sabe lo
que le ha
ocurrido a su
generación sino que
tiene la inteligencia y
capacidad para entender
y comprender generaciones más
nuevas y modernas.
Por lo tanto,
es conveniente escuchar sus
palabras o escritos
porque están llenos
de sabiduría.
El movimiento de
los indignados es
un movimiento que
tiene su por
qué y debe
de estar de
gran actualidad. Porque
parece haber una
gran separación entre
el pueblo llano
y los políticos, separados ellos
de los problemas de
la sociedad como
si fuese una
casta distinta al
resto, siendo los
jóvenes y
los no tan
jóvenes los perjudicados por
una crisis económica
y también social
y de valores.
Pero la economía
es fundamental porque
los jóvenes no
pueden independizarse ni
tener capacidad para
dirigir y desarrollar sus
vidas con independencia y
libertad. Todo esto
es un problema actual
que se debe
resolver. Porque cada
vez hay una
separación mayor entre
el pueblo y
los que se
supone que son
sus representantes. Y además, los
altos cargos de
las grandes empresas
o corporaciones que
se llevan una
gran cantidad de
dinero y se
jubilan habiendo llevado
a esas mismas
empresas a la
quiebra. Es un insulto
a la gente
normal que trabaja
mucho por un
sueldo muy modesto.
Jesús
Prado