Érase una vez un gigante que
vivía en el bosque apartado de la gente de la comunidad. El
gigante media casi
tres metros y la gente de la comunidad le tenían miedo, cuando era incapaz de
hacer daño a nadie.
Un día se acostó en la cama
para dormir, mientras dormía se presento un duende pequeño. El gigante se
despertó y dijo quien osa despertarme de mis sueños, el gigante se levanto un
poco aturdido y dirigiendo la voz le contesto, porque no tienes miedo como el
resto de la comunidad, el duende le contesto soy el duende que vela por tus
sueños, el duende le pregunto por su nombre, y el gigante le contesto que se
llamaba Hator, entonces el duende le dijo sígueme iremos por senderos por donde
no pasa gente de la comunidad, y bajaron por senderos hasta el pueblo que
estaba situado en medio de un valle.
La gente al ver al gigante
empezó a correr en todas las direcciones, abandonando a un niño de unos cinco
años, perdido en medio de la plaza y se puso a llorar y llorar pues tenia
miedo. Hasta que el gigante lo cogio con sus grandes manos, el gigante le
acarició la mejilla y el niño dejo de llorar, la gente al ver que no le hacía
nada se acerco al gigante y le empezaron a tocar, el duende les comento que era
incapaz de hacer daño a nadie. Desde entonces el gigante y la comunidad
vivieron sin temor y en paz, y todos fueron felices. El duende a hurtadillas
desapareció sin hacer ruido y se fue en busca de nuevas situaciones.
Autor: José Miguel Lameiro 10-04-2013
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