viernes, 8 de marzo de 2013


Autor: José Miguel Lameiro                                   8- 03- 2013




EL BOLSILLO AJENO 



Como soy un trotamundos, un día me desplace hasta Madrid. Tal fue mi sorpresa, que viendo los escaparates donde había moda y discos, sentí un tirón en el bolsillo del pantalón. Al momento llevé la mano al pantalón y me di cuenta que me faltaba la cartera, pero solo habían pasado al lado mio, un vagabundo y una persona que parecía muy respetada, con su traje y una cartera de cuero.
Entonces me decidí a ir hacía el vagabundo y le pedí que me diese la cartera que me faltaba, tal fue la sorpresa que al cachear al vagabundo no llevaba ni la cartera ni un céntimo. Entonces pensé  en la persona elegante y decidí seguirle, al mirar hacía el suelo vi que estaba la cartera vacía y tirada en el suelo, solo con la documentación y sin un duro. Este señor si se puede llamar así me había quitado la cartera, tal vez pertenecía a algún partido o una o.n.g. Son tan egoístas los que gestionan con consentimiento los dineros de los partidos o o.n.g. sin ánimo de lucro por así llamarlo. Personas que se apropian de dinero ajeno sin justificar, bien sea  por derechos adquiridos, como engañar al prójimo, que son  para dar  sobresueldos a los que gobiernan, como el trafico de influencias, cohecho, malversación de fondos o o.n.g. mal administradas donde desvían el dinero a paraísos fiscales, librándose de la cárcel.
Si hubiesen pillado al vagabundo con la cartera lo más seguro es que le hubiesen metido en la cárcel, lo que no sucede con los que hacen fortuna sin justificar, todos no somos iguales ante la ley. La ley esta hecha para los ricos, ya no hace falta robar un banco con una pistola, solo vale estar afiliado a un partido o a una o.n.g. sin ánimo de lucro. Personas que con el consentimiento de los partidos y las o.n.g. roban al más necesitado y no van a la cárcel, pues roba 30 millones de €  y les echan una multa de 1 millón de € y no pasan por la cárcel. Así malviven estos personajes que se ríen de todos a la cara.
Los políticos callan y el que calla otorga.

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