En los días siguientes a su fallecimiento, yo también desee con ahínco que la Parca viniese a llevarme al otro barrio, no tenía ganas de seguir viviendo. LLegó una mañana en la que pensé en quedarme en la cama y dejarme dominar por la pereza, no salir a la calle. Pero me di cuenta de que esa actitud sólo me llevaría a la apatía, la depresión y puede que a algo peor.
Tras un tiempo de lógico duelo, papeleos burocráticos y la misa, la incineración, etc, me veo obligado a seguir adelante con mi vida ya que no tengo otro remedio. La casa se me cae encima, pero por fortuna dispongo del magnífico recurso que supone para mí acudir a la Fundación Argia. Vuelvo a la actividad en los talleres, me relaciono con mis compañeros y compañeras y dispongo del apoyo del personal de Argia.
Algunas personas, al verme sonreir y decir que voy tirando, creen que soy feliz. Yo creo que mi sonrisa es mi escudo tras el que me protego de las situaciones en las que no quiero abrirme demasiado a los demás y a la vez, es un recurso que me da un poco de fuerza a mí mismo para quitarle hierro a los problemas diarios y seguir luchando.
Ahora, al no disponer del apoyo afectivo de Laura, mi madre, que en gran parte me enseñó a ser como soy y me educó ella sola desde que murió mi padre cuando yo tenía diceisite años, comprendo lo duro que se pone el camino que supone vivir cuando las cosas se ponen difíciles.
Pero, en resumen, creo que es cierto lo que dicen algunas personas sobre la vida, que dios o la provicencia no te coloquen en tu camino todos los problemas que puedas aguantar, porque creerás que ciertas situaciones, no serías capaz de superarlas. aunque llegado el momento, a veces aguantamos más de lo que nos creíamos capaces de soportar.
J.LARREA
Me ha hecho mucha ilusión que hayas escrito Larrea, después de todo el curso pidiéndote que lo hagas, lo conseguí! jajaja
ResponderEliminarA pesar de ese momento gris que estás viviendo, recuerda que en Argia le importas a mucha gente.
Felicidades por tu entrada artista!
Lorena (voluntaria)