La conozco bien. Es mi novia, fría, silenciosa, celosa y muy
muy fiel. No importa si es impuesta o no, en cualquier caso te protege de la
estupidez humana. Puede ser al principio aburrida y al final puedes estar
bailando con ella un tema que nos gusta.
Sí, mi novia se llama soledad, está en mi
cama, en la ducha, siempre ahí. Me acurruca, me da de fumar, me saca lo mejor
de mí, me deja pensar, nunca me lleva la contraria. Como amiga no tiene precio
y como enemiga es de respetar. En ambos casos la quiero.
Sí, es mi
novia. Te puede parecer que la sufrimos enfermos, desheredados y humillados,
pero te garantizo que el dueño de Coca-Cola o de Zara también está en soledad,
nadie se le escapa. La soledad habla y cuando uno consigue escucharla empieza a
descubrir toda la propia vida de uno. Te dice lo que has hecho bien y lo que
no. Te lo dice sin permiso pero va con la verdad por delante.
Sí, soledad
es mi novia. No quiero perderla, quiero que me acompañe y me enseñe a callar, a
llorar, a amar, a vivir,... En la posición de la soledad además puedo colocar a
la persona que me dé la gana, por ejemplo Samanta Fox, je,je… quizá no sea tan
malo ser novio de soledad. A mí me gusta, pero ciertamente yo siempre he sido
un lobo solitario.
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