El
trabajo es un derecho constitucional, igual que la vivienda, pero es pura
farsa. Lo constitucional tiene doble cara y doble moral. Se utiliza y se
manipula en virtud de los grandes poderes y de quién cuándo y dónde, pero lo
realmente preocupante es que el hombre o la mujer para ser persona necesita
realizarse, sentirse valorado. ¿Cómo va a estar una persona todo el día en
casa, sin nada que hacer, con la nevera vacía, la hipoteca apretando y las
facturas mordiendo?. A mi parecer todo esto va a generar un sinfín de
patologías mentales. Tampoco entiendo qué van a hacer los bancos con 100.000
casas. Nuestra desgracia será su desgracia y nuestra ruina la suya. Además
estamos perdiendo una generación muy válida que marcha al extranjero. Nuestros
cracks se van. Ellos seguro que tienen buenas ideas para salir de la tormenta
pero nadie les oye. A cambio, los que se hacen oír roban, manipulan y mienten.
¿Tú crees que un crack se metería en política hoy en día? En fin, ante este
panorama tan desolador, solo decir que muchas gracias a nuestros mayores por
ayudarnos en estos momentos tan difíciles.
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