Que daño nos hacemos los unos
contra otros. Violencia hay en todo el mundo, activa y pasiva. Que esperanza
tendrán nuestros hijos viviendo en un mundo donde manda la violencia.
Violencia activa
involucrándonos unos contra otros.
Violencia pasiva dejando que
se maten entre ellos.
La violencia hace daño a todo
el mundo, en cualquier parte que se produzca, cambiemos el mundo, buscando un
mundo igual para todos, donde nadie sea más que nadie, y en paz y armonía
viviremos.
Si busco la verdad entre la
gente, donde encontrare la mentira.
Si tropiezas con una piedra,
no tropieces dos veces con la misma piedra.
Si escuchas el sonido de las
olas del mar, puede que escuches tu llanto.
La paz no se aparece así como
así, se logra buscándola en el interior de uno mismo.
De la pobreza a la miseria
hay un paso, de la miseria a la opulencia hay un largo camino.
Vestido todo de negro como sí
fuese la marabunta, entra en el bar, pide
una caña y se sienta en una mesa
que ve que está libre, el saboreando la caña, escucha una melodía en ingles, la
melodía es pegadiza pero piensa en el esperanto. El ausente de todo se deja
llevar por los pensamientos que tiene, y piensa como seria un mundo sin
partidos políticos.
Donde no existiese la envidia
y todos vivieran en un mundo donde nadie es más que nadie, de igual a igual.
Cuando vuelve a la realidad
se da cuenta de lo que son los partidos políticos, siempre a la gresca unos
contra otros pero siempre comen juntos.
El anarquista es respetado en
el bar, y el también respeta a los demás. Son mundos distintos, actúa de
distinta manera, piensa distinto, cada uno en su barricada, en la lucha diaria,
del pueblo y para el pueblo.
Solo sé que no sé nada.
Sé encuentra una cartera uno
y dice al que madruga Dios le ayuda, y digo yo más madrugo el que la perdió.
Soy como soy, y no lo que
quiera los demás que sea.
José Miguel Lameiro
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