Las diferentes
estaciones del año, que
son cuatro, representan diferentes estados del
ser humano y
de la naturaleza.
Es decir, animales y
plantas. Las diferentes estaciones
nos afectan de
alguna manera en nuestro espíritu, en nuestro estado de ánimo,
en nuestra biología y en nuestra psicología también.
En mi
opinión el verano
representa la estación
más alegre y
en la que
el ser humano
está más vivo,
más expansivo. El sol
está más fuerte
que nunca y como
el sol es
fuente de vida nosotros
estamos también más
vivos, más vitales.
Lo mismo ocurre
con los animales
y plantas. Las
plantas están en
pleno vigor y
los árboles también.
Las cosechas están
en su máximo apogeo.
Listas para ser
recolectadas. los campos
de Castilla están
llenos de crecidas espigas doradas listas
para que las
cosechadoras las recojan
y se queden
con el grano.
Lo mismo ocurre
con muchos productos
de la huerta.
El otoño
es completamente diferente
al verano. Hay menos
luz durante el
día. Los árboles
pierden sus adornadas
hojas y
se quedan en
su esqueleto. Como
si estuvieran desnutridos y
sin fuerza y
hubiesen perdido toda
su maravillosa cabellera y
dejarla de lucirla. Los seres
humanos nos volvemos
más melancólicos, menos
vitales, más recogidos.
Algunos se vuelven
más tristes o
deprimidos. La naturaleza empieza
a descansar y
el ser humano
también. Todo se
vuelve más calmado.
El otoño es
la transición entre
el verano y
el invierno. Hace de
puente entre las
dos estaciones.
En invierno
los seres humanos
estamos más recogidos
que nunca y
los animales y
plantas también. Muchos
animales hibernan en
invierno. Por ejemplo,
los osos, que se
quedan como dormitando en
sus cuevas o
guaridas durante todo
el invierno. Los
seres humanos estamos
también más tiempo
en casa que nunca.
Al calor del
hogar. Las cosechas
están bajo tierra
porque no han
germinado todavía. y
la naturaleza es sabia
porque la nieve
que en invierno
recubre los campos
de cereales mata
a los posibles
insectos que en
las posteriores estaciones
se comerían la planta y
la perjudicarían. luego
el frío también
es bueno para
la naturaleza y
para nosotros también
que luego nos
comeremos esa cosecha. Todos estamos
como hibernando un
poco, como los
animales. Los insectos
nos molestan menos, los
mosquitos, las moscas,
que no les
gusta el frío,
aparecen menos. Están
como desaparecidos. Toda
la creación parece
que está descansando o como
más muerta. Pero es
un descanso para
coger nuevas fuerzas
para la primavera.En la
primavera el sol
empieza a ser
más luminoso y más
fuerte. a la
par que el sol
la primavera y
el ser humano
recobran como un
espíritu más fuerte ,
más vivo, más
vigoroso. Los niños
y jóvenes están más
inquietos y activos. las
plantas, animales y
aves empiezan a
despuntar y ya
van mostrando sus
esencias, sus adornos
y sus cantos. los
pájaros pían más, los
árboles enseñan sus
lucidas flores y sus
hojas. La naturaleza muestra
todo su amplio
repertorio de encantos, colores, olores y fragancias. Los animales
dejan de hibernar. La primavera
es el puente entre
el invierno y
el verano. y
ya empieza a
mostrar muchos síntomas que
aparecerán en el
verano en todo
su esplendor. Ya empezamos a
tener más energía
y vitalidad y
la naturaleza también.
Nos volvemos más
alegres y dinámicos.
Los animales salen
de las madrigueras y las crías
empiezan a jugar, saltar y
brincar entre ellas.
Deseosas de que
hubiese llegado por fin
esta estación. y nosotros
también estamos contentos y llenos
de alegría y
de júbilo. Porque ha
llegado esta nueva
y colorida estación. que
nos saca de nuestra
madriguera y nos invita
a vivir más en
el exterior. en contacto con
la naturaleza y
el mundo que
nos rodea .
Jesús
Prado.
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